El deseo, en muchas películas realizadas durante el franquismo, era reducido o directamente menospreciado.
Manchas de sangre en la luna (Luis Marquina, 1951)
Sin embargo, a veces incluso una figura eclesiástica podía reconocer su existencia, aunque aconsejara canalizarlo a través del matrimonio.
El camino (Ana Mariscal, 1963)
Las revistas de la época insistían en que las mujeres del hogar tenían que evitar el deseo antes de que surgiera (Fátima Gil Gascón, 2011: 120), porque anhelar en demasía podía hacer peligrar el decoro exigible a las jóvenes y esposas, en el cine era posible desear.
“habrá que procurar satisfacer los deseos de los otros antes que los propios”
(«Entre nosotras». Hora Femenina. Emisión especial dedicada a la mujer al hogar, 6/7/1943, AGA (3) 51.41, cajas 599, 601 y 602). [Extraído del libro La sección femenina. 1943-1977. Historia de una tutela emocional, Barrera, 2019]
Las mujeres “vinculan todos sus gestos y el atuendo de su paisaje exterior al deseo de agradar al hombre”
(Medina, nº86, 1942)
La censura cinematográfica franquista estaba más preocupada por cuestiones concretas, relacionadas con la fisicidad y las efusiones amorosas, y no tanto por prohibir la representación del deseo femenino. En los propios films en los que la fisicidad había sido censurada podían aparecer imágenes que contradecían los preceptos escritos:
Película
Censura
Lo que escapa a la censura
El escándalo (1943)
“Me permito advertir que los momentos descarnados y crudos de la acción en los que se ofrece a la vista del espectador la vida íntima de la esposa adúltera y del amante (…) son demasiado prolijos o realistas. Convendría, pues, atenuarlos en su dimensión. Asimismo, y abundando en el anterior criterio, no se ve la necesidad de que las escenas de la página 39 y 60 se sitúen en el interior de la alcoba de la esposa.”
(MINISTERIO DE CULTURA, El escándalo. Número de Expediente 47-43 (bis), ES.28005.AGA/AGA,36,04567)
Mercedes Vecino
Ángela es así (1944)
“Debe cuidarse asimismo la escena del “cabaret” y las del dormitorio de las educandas (estas últimas páginas 26 a 30), pues aparte de carecer de originalidad son inaceptables si no se realizan fina y decorosamente.”
(MINISTERIO DE CULTURA, Ángela es así. Número de Expediente 32-43 (bis), ES.28005.AGA/AGA,36,04566)
Embrujo (1947)
“La escena del cementerio y el baile erótico-macabro sobre la tumba no se autoriza. El autor ha de resolver pues el final de la película de otra forma y ha de cuidar en general, toda la realización ya que si bien los bailes del tipo que se describen, en la escena no ofrecen comúnmente reparos grave, en la pantalla si se buscan ángulos y planos de determinados movimientos de la artista, pueden merecer censura”
(MINISTERIO DE CULTURA, Embrujo. Número de Expediente 213-46, S.28005.AGA/AGA,36,04688)
Pequeñeces (1950)
“se ha de encomendar que la exposición de esos amores adulterinos no constituyan una exaltación de los mismos, ni se consideren cosa natural con el consiguiente desprecio de la fidelidad conyugal, ni se pinten tan vivamente, que impresionen o exciten, ni su protagonista, la duquesa de Albornoz, se haga simpática y agradable.”
(MINISTERIO DE CULTURA, Pequeñeces. Número de Expediente 119-49, ES.28005.AGA/AGA,36,04712)
Condenados (1953)
“Ya en el campo visual, con gran habilidad se ha cubierto un fondo de honradez con una espesa neblina de sensualidad, que se masca: los celos brutales de José; las repetidas y sugerentes miradas de Juan a la ventana de Amelia; la larga evocación, estando en cama Amelia y José; etc. Por todo lo dicho, juzgo peligroso este guión”.
(MINISTERIO DE CULTURA, Condenados. Número de Expediente 0069, ES.28005.AGA/AGA,36,04572)
Fedra (1955)
“El sistema de vida de Mariana se presta a presentarla en un estado de impudinbundez semisalvaje, ya que su vida se desenvuelve casi siempre en las aguas. (…) dudo que el cine español supiera tratar este asunto con la elevada técnica artística necesaria e indispensable a fin de que no resultara una película de fuerte sabor erótico”
(MINISTERIO DE CULTURA, Fedra. Número de Expediente 0066. ES.28005.AGA/AGA,36,04572)
“El asunto clásico llevado a la realidad actual con una morbosidad y una sensualidad mantenidas todo a lo largo de la cinta hasta el final, en que ella muere besando en la boca al hijo de su marido. Por si fuera poco, hay escenas de verdadero sadismo, por lo que la cinta se hace repulsiva. No debe proyectarse”
“ROLLO, 2º-Suprimir plano cercano de Estrella cuando al subir al barco gira el cuerpo mostrando el busto pegado al bañador”
“La película está realizada en tal crudeza y morbosidad sensual (…) que tal como está (…) no puede autorizarse”
(MINISTERIO DE CULTURA, Fedra. Número de Expediente 14.421. ES.28005.AGA/AGA,36,03555)
Orgullo (1955)
“1.- Suprimir en las pág. 50, 81 y 84, planos 83, 129 y 132, las escenas de Laura tendida o echada en el suelo y las de Enrique a su lado, por ser insinuantes y sugestivas de sexualidad.
2.- En las pág. 52 y 166, planos 85 y 296, cuídense con esmero las expresiones amorosas de Laura y Enrique para que no aparezca en ellas nada reprobable. Téngase este mismo cuidado en todas las escenas de amor entre los dos (…).
(MINISTERIO DE CULTURA, Orgullo. Número de Expediente 136-53, ES.28005.AGA/AGA,36,04750)
Marisa Prado
El último cuplé (1957)
“Suprimir los besos del torero y María en casa de ésta”
(MINISTERIO DE CULTURA, El último cuplé. Número de Expediente 15.987, ES.28005.AGA/AGA,36,03600)
Teresa de Jesús (1961)
“Aparecen y desaparecen los éxtasis de Santa Teresa bastante caprichosamente contra las normas de la vida mística”
(Expediente de censura digitalizado por la Filmoteca Española)
Lola, espejo oscuro (1966)
“La crudeza del tema está expuesta con una pulcritud formal, con un tratamiento “antierótico” y significando, en conjunto, cierta lección positiva. Por tanto, propongo su autorización”
“estimo que el botones no debe presenciar el espectáculo del depilatorio de las piernas de Lola, que se quede en la puerta, suprimiendo también la frase de Lola de la página 46: “Ya sabes, guapo, si te sobran pelos aquí te los quitamos””
(MINISTERIO DE CULTURA, Lola, espejo oscuro, ES.28005.AGA/AGA,36,04903)
La vil seducción (1968)
“Cuidar que las escenas de seducción de Ismael por Alicia no resulten eróticas, sino grotescas y tiernas; es decir, en estas escenas, al igual que el resto de la película, debe acentuarse el tono de farsa (…) En general se deberá evitar las escenas eróticas y los exhibicionismos, ya que la acumulación de los mismos podrá motivar la incursión en la norma 18.”
(MINISTERIO DE CULTURA, La vil seducción. Número de Expediente 51-68, ES.28005.AGA/AGA,36,04984)
Las crueles (1969)
“cuidado especial a la escena de la secuencia 28, página 57 del guion. Del lameteo-besuqueo de las manos que se convierten en mazapán, con gesto de placer por parte de él, y, en general, todas las escenas eróticas y cuidar la realización de las escenas con el cadáver desnudo de “ella”, para que no se vea más desnudez que la autorizable”.
(MINISTERIO DE CULTURA, Las crueles. Número de Expediente 58857, ES.28005.AGA/AGA,36,04995)
Capucine
El techo de cristal (1971)
“Cuidar en general los excesos de exhibicionismo y erotismo así como las escenas morbosas.”
(MINISTERIO DE CULTURA, El techo de cristal. Número de Expediente 92-70, ES.28005.AGA/AGA,36,05047)
Emma Cohen
Los gallos de la madrugada (1971)
“en general se cuidarán muy especialmente los posibles excesos de exhibicionismo de Lola y las escenas eróticas en que interviene la misma.”
“Las pasiones se presentan desnudas, y la lujuria la primera. En realidad, toda la película gira en torno al deseo carnal que en los hombres despierta Lola, que se deja querer, y que se manifiesta según y quien sea el hombre”
(MINISTERIO DE CULTURA, Los gallos de la madrugada. Número de Expediente 194-70. ES.28005.AGA/AGA,36,05061)
Varietés (1971)
“en folleto aparte vienen las canciones (…) algunas de ellas con unas letras que a poco que se apoye en ellas el gesto y la mímica de los cantantes y bailarines pueden convertirse en verdaderas barbaridades (…).. Así, pues, en cuanto a las canciones, rechazo en absoluto “Las camareras”, que cuiden la realización de “La pícara ingenua”, y que la Junta se defina sobre “La Cirila””
(MINISTERIO DE CULTURA, Varietés. Número de Expediente 83-71, ES.28005.AGA/AGA,36,05077)
Casa Flora (1972)
“Cuidar, en general, el atuendo y las actitudes de las actrices, que se presentan a exhibicionismos condenables.”
(MINISTERIO DE CULTURA, Casa Flora. Número de Expediente 2.646, ES.28005.AGA/AGA,36,05611)
El poder del deseo (1975)
“Rollo 5º.- Suprimir los planos de pechos desnudos y de besos de él en los senos, en la escena de cama.
(MINISTERIO DE CULTURA, El poder del deseo. Número de Expediente 80.708, ES.28005.AGA/AGA,36,05177,003)
Pero, los censores en sus informes aludían en ocasiones al deseo femenino:
“Es posible que Aurelia quiera ser un grillo del hogar. Es posible que Aurelia dialogue con las ranas y dé salida en esta expansión a un deseo de maternidad insatisfecha… Es posible…..;son posibles muchas cosas en este guion confuso, donde todo se sugiere a través de muy nebulosos conceptos.”
(MINISTERIO DE CULTURA, Aurelia y sus hombres. Número de expediente 112-63, ES.28005.AGA/AGA,36,04846)
“Lo apruebo por las razones siguientes: (…) Porque en el guión con frecuencia, sobre todo después de la aparición del personaje de Juan, Lola insiste reiteradamente en su deseo de abandonar esa vida” [refiriéndose a la vida de una prostituta] (MINISTERIO DE CULTURA, Lola, espejo oscuro. ES.28005.AGA/AGA,36,04903)
“El final es un poco incomprensible en lo referente al deseo del personaje llamado Diana por retener a su lado a Carmen, la protagonista, de quien al parecer está enamorado el marido de aquella. Sin embargo esta atracción amorosa se mantiene en un tono correcto y fino.” (MINISTERIO DE CULTURA, Café de París. Número de Expediente 62-43, ES.28005.AGA/AGA,36,04567)
Al fin y al cabo, desde la censura se reconocía el posible “deseo de imitación” de lo representado en pantalla. Por tanto, los deseos mostrados en los films debían enmarcarse en “el bien” establecido por el régimen:
“En general cuidar su realización, teniendo en cuenta que el mal nunca ha de presentarse como justificable, o apetecible, ni de manera que suscite simpatías o despierte deseos de imitación, según señala la Norma general de censura cinematográfica nº2”
(MINISTERIO DE CULTURA, Lola, espejo oscuro, ES.28005.AGA/AGA,36,04903)
Pese a que la censura franquista intentó minimizar los personajes femeninos demasiado fuertes o contrarios al ideal de mujer de la época, estos seguían poblando las pantallas.
Estas protagonistas con personalidad —y subjetividad— contradecían lo que se publicaba en las revistas o en los textos de la Sección Femenina sobre cómo debía comportarse la mujer:
“«La mujer honrada, la pierna quebrada», dice un viejo refrán castellano. Es un fácil remedio de aldea. También es fácil lo contrario, tener la pierna y el aire sueltos y dejar de ser honrada, o para nuestro caso dejar de ser mujer. Lo difícil es unir las dos cosas. Ser andariega como Santa Teresa y femenina y dulce como lo fue la Santa. No perder la cordura jamás y no dejarse llevar nunca de posiciones o gestos dislocados de todo lo que de entrañable y tierno tiene la mujer. (…). La mujer tiene hoy una tarea, una ingente tarea que cumplir. Saberla cumplir calladamente, silenciosamente, sin un gesto excesivo, es el mérito de esta maravillosa Falange Femenina”
(Medina, 20/03/1941)
“La mujer española tiene que ser generosa, sacrificada y alegre en todos los momentos”
(Editorial Escuela Española, ¡Adelante!, tercer curso escolar, 1959) [Extraída del libro La sección femenina, Otero, 1999]
“El destino de la mujer es ser esposa y compañera del hombre, formar con él una familia y educar y cuidar bien a sus hijos. El lugar donde la mujer desarrolla sus actividades es la casa, porque allí vive la familia. Pero su misión no es sólo material; sus deberes no son sólo cuidar de los hijos y del marido corporalmente, sino que de éste debe ser la compañera, y de aquéllos la primera educadora; por ello, debe prepararse, moral y materialmente, para ser capaz de lo que de ella se espera. Esta preparación es el medio que la hace apta para desarrollar su misión en momento oportuno”
(Sección Femenina¸ Enciclopedia elemental, 1957)
Desear es generar un mundo aparte. Una forma de combatir la realidad. Mujeres soñadoras e imaginativas aparecen en el cine franquista, a veces en escenas donde el deseo va más allá de lo que puede leerse en un guion:
Betsy Blair: Calle Mayor (Juan Antonio Bardem, 1956)
Sin embargo, en otras ocasiones los censores ya captaban lo que podía suponer la escena una vez filmada:
“en la secuencia 63, que los ruidos que oye Marta desde la cama le produzcan únicamente terror, suprimiendo radicalmente cualquier otro tipo de sensaciones: en el guión hay una verdadera masturbación”
(MINISTERIO DE CULTURA, El techo de cristal. Número de Expediente 92-70. ES.28005.AGA/AGA,36,05047).
Carmen Sevilla: El techo de cristal (Eloy de la Iglesia, 1971)
Desear es oponerse al sistema dominante patriarcal. El deseo es una libido revolucionaria que “posee la negatividad necesaria para la destrucción del orden establecido” (Dessal, 1994: 102). Existen diversas mujeres en la cinematografía franquista que verbalizan el deseo y que se oponen al sistema patriarcal, de forma violenta, y la censura no ha reparado en ello.
Irene Caba Alba: Nunca pasa nada (Juan Antonio Bardem, 1963)
Emma Penella, Elisa Montés, Terele Pávez: La cuarta ventana (Julio Coll, 1963)
De hecho, distintos censores llegan a comentar a propósito de estas dos películas que:
“Sobre todos los personajes resalta la figura digna de Julia, la mujer del médico, que sobrelleva con estoicidad castellana todas las infidelidades de su marido y que sabe perdonar sin consentir.”
(MINISTERIO DE CULTURA, Nunca pasa nada. Número de Expediente 57-64, ES.28005.AGA/AGA,36,04841).
“Se trata de un mal melodrama, en el que tres prostitutas que en el fondo añoran una vida más pura dan una lección de moralidad a un sinvergüenza. Naturalmente, no puede decirse que esto resulte ejemplar, pero la intención no es mala y en definitiva estimo que no será perniciosa”
(MINISTERIO DE CULTURA, La cuarta ventana. Número de Expediente 23.701, ES.28005.AGA/AGA,36,03871)
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